LOS MISTERIOS INICIÁTICOS, ENSEÑANZAS OCULTAS DEL “LIBRO DE LOS MUERTOS”. ISBN. 9707830476. HENRY DURVILLE. ¿En que consistían los antiguos misterios de Egipto? ¿Qué importancia tuvieron, y qué repercusiones determinaron? No es posible dudar de ellos y de su enorme significación. La sabiduría de Egipto impera en todas las demás iniciaciones mediterráneas. En sus templos acogió e instruyó al legendario Orfeo, al sublime Pitágoras, a Thales de Mileto y a Solón. Platón les debe muchas ideas. Tomando por idea madre a los Misterios egipcios, se creaban los de Delfos, los de Olimpia, los de Dodoma, y más ceñidamente aún, los de Eleusis. También corresponden a la misma filiación los Argos y de Chipre, no obstante su carácter femenino. De Egipto igualmente proceden, a despecho de la fenicia influencia, los de las islas Jónicas. Moisés, un alto iniciado de los Templos de Egipto, creó, a imagen de aquella iniciación, los Misterios hebráicos, cuyas modificadas huellas descubrimos en el Kábala. De Moisés provienen las tradiciones esenias, (que tan importante papel desempeñaron en los templos de la primitiva iglesia cristiana), y el saber de los gnósticos, de quienes se ha dicho que eran los esotéricos continuadores de Jesús. La misa, el místico sacrificio de los católicos, es una ceremonia eniciática por excelencia. En ella está, sin el cruel horror de las degolladas víctimas, todo el contenido eficaz de los antiguos Misterios. Por el cauce de la iniciación gnóstica, que transmite a los pueblos de Europa los secretos de Alejandría, surgen los hermetistas, los alquimistas, los Rosa-Cruces, los Francmasones, desarrollando sus esotéricas enseñanzas. En todas partes, hallamos la prosecución del mismo fin y los mismos medios de realizarlo; la misma necesidad de abstraerse y aislarse, de educar la inteligencia, de formar el corazón y de apartarse de lo contingente; el mismo propósito de buscar la inspiración de lo alto, de comprender a Dios por la idea y de unirse a él por el sentimiento. Hasta en los símbolos y los ritos diversos, hallamos una constante semejanza. Tan cierto es que la Verdad no es mas que una y que todos los caminos en que se busque a Dios, por la Sabiduría o por la Fe, convergen para reunirse en el único final de todos todas las iniciaciones europeas, reconocen el propio origen; son ramas cuya raíz se hunde en la tierra de los Faraones. . Medidas 14 x 20.5 / 5” x 8”. Número de Páginas 177.